Vive en un avión abandonado y comparte su experiencia para que otros se animen

agosto 31, 2025
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Vive en un avión abandonado y comparte su experiencia para que otros se animen

Bruce Campbell, de 73 años, transformó un avión Boeing 727 en su hogar en un bosque de Oregón, Estados Unidos.
31 de agosto de 2025
10:35
4 minutos de lectura

Bruce Campbell, ingeniero eléctrico retirado, vive dentro de un Boeing 727 en medio del bosque, en Hillsboro, un suburbio de Portland. A los 15 años, vio en la televisión un cementerio de aviones y, sin saberlo, ese instante marcó su destino. Fascinado por la imagen de aquellas aeronaves abandonadas, tomó una decisión que para muchos sonaría extraña: algún día iba a vivir en un avión.

Medio siglo después, ese sueño juvenil es una realidad tan inusual como inspiradora. A principios de los años 70, Campbell adquirió un terreno de casi cuatro hectáreas en Hillsboro por unos US$25.800. Por entonces aún no sabía cómo llevaría adelante la idea de vivir en una aeronave, pero plantó la semilla.

Decenas de años después, en 1999, decidió avanzar con su proyecto. Contrató a una empresa de salvamento con la esperanza de encontrar el avión adecuado, aunque más tarde se arrepentiría: “Ese fue un error. Nunca volveré a hacer eso. Las compañías de salvamento son unos saboteadores”, declaró a CNBC Make It.

A pesar del traspié, la empresa finalmente dio con un modelo que llamó su atención: un Boeing 727 de 100 metros cuadrados. Esta aeronave, originalmente diseñada para transportar hasta 200 pasajeros, había pertenecido a la aerolínea griega Olympic Airways y fue utilizada en 1975 para transportar los restos de Aristóteles Onassis.

Campbell pagó US$100.000 por el avión, que fue transportado desde Grecia a Oregón. Para moverlo hasta su terreno, fue necesario desmontar las alas y la cola. Esa etapa sumó otros US$120.000 al presupuesto y exigió eliminar los motores y otros elementos esenciales de vuelo, transformando la aeronave en una vivienda estática.

Hoy, la vida de Bruce transcurre dentro del fuselaje plateado del avión, rodeado por árboles. El interior fue acondicionado de forma sencilla pero funcional. Conservó la estructura principal del avión, incluyendo la cabina de mando y algunos de los compartimentos originales. Tiene una cama tipo futón que también le sirve de sillón, un banco de trabajo, una ducha improvisada, una pequeña cocina con microondas y horno tostador, una lavadora portátil y un carrito de servicio de comidas que usa como despensa. “Soy un nerd. No cocino, así que es un área mínima”, reconoce.

Sus gastos mensuales rondan los US$370, que cubren impuestos sobre la propiedad y consumo eléctrico. Como el terreno es propio, no paga alquiler ni servicios adicionales. Su estilo de vida es austero, pero él lo considera parte de su filosofía: busca vivir de forma eficiente, sin desperdiciar recursos, convencido de que es posible habitar el planeta de un modo más sustentable y creativo.

En su tiempo libre, Campbell se dedica a reparar antiguos sistemas informáticos y a realizar tareas de mantenimiento en su particular vivienda. Además, recibe visitas, ya que el avión se ha convertido en una atracción, inspirando a otros a considerar alternativas habitacionales menos convencionales.

Bruce documentó todo el proceso de compra, traslado y transformación del avión en un sitio web personal. Su intención es inspirar a otros a considerar alternativas habitacionales reutilizando aviones fuera de servicio. “Es una experiencia increíble. Vivir en un avión es genial”, aseguró.

Fuente: LA NACION
Link Original: https://www.lanacion.com.ar/propiedades/vive-en-un-avion-abandonado-y-comparte-su-experiencia-para-que-otros-se-animen-nid31082025/